Abro el ordenador y
le doy al botón de encendido. Pocos segundos después ya se ha iniciado
completamente. Cliqueo en un icono con una “S” dentro de un círculo extraño de
color azul. Pone Skype. Se abre el
programa y en seguida me sale una notificación. Kuro me ha hablado.
Kuro
dice: ¡Hola, Shiro!
No sé qué hacer. ¿Respondo?
Kuro
dice: Venga, Shiro. Responde. Quiero hablar contigo.
No lo pienso más. Empiezo a teclear.
Shiro
dice: ¿De qué quieres hablar?
Kuro dice:
Solo quería hablar un rato. Me siento solo en esta casa tan grande. ¿Y tú?
¿Kuro está hablando tan normal
conmigo?
Shiro dice:
Un poco, sí.
Kuro dice:
Podríamos dar un paseo por la mañana algún día.
¿Quedar con él? ¿Qué? Esto es todo
un poco extraño.
Shiro
dice: No lo creo. ¿No se supone que somos enemigos?
Kuro dice:
Sí. Pero no te tomo como a tal. No quiero matarte. Quiero hablar. ¿No crees que
es mejor?
No puede ser...
Kuro no quiere matarme. Pero, ¿para qué quiere dar un paseo conmigo? Bueno,
puedo aceptar e ir preparada por si fuera un ataque por sorpresa. Sí. Seguro
que espera que vaya sin armas.
Shiro
dice: De acuerdo. Espero que esto no sea un truco sucio propio de un demonio
como tú.
Kuro dice:
No lo será. Me gustaría enseñarte la Tierra. Parece que no tienes mucha
experiencia.
Shiro dice:
No. Pero, ¿no se supone que tú tampoco deberías tenerla?
Kuro dice:
Me acostumbro rápido. Entonces, ¿aceptas?
Me permito unos
minutos para pensarlo. Supongo que no pasará nada si voy preparada para
cualquier imprevisto.
Shiro
dice: Sí, acepto.