miércoles, 26 de septiembre de 2012

Capítulo 2


Me voy a dar una vuelta por la casa y me adueño de mi futuro dormitorio. Es pequeño pero muy acogedor. La casa consta de un único dormitorio, una cocina pequeña, un baño y un salón. Cuando me haya acomodado saldré con mi arco en mano a patrullar por la ciudad. Me pongo cómoda por si me encuentro con Kuro. Me he vestido con un pantalón corto vaquero y una camiseta blanca.
Salgo de mi casa y observo la calle. La noche es húmeda. Todo está muy tranquilo. Respiro hondo y miro al cielo. Así que esto es la Tierra. Nunca había bajado a verla. Parece muy bonita. Observarla desde arriba no es lo mismo que estar aquí presente. Sigo dando mi pequeño paseo. No es muy tarde pero no hay apenas gente por la calle. Es verano, pero no hay nadie. Será un pueblo bastante tranquilo. Puede que Kuro no esté por aquí después de todo, pero no debo bajar la guardia. Oigo pasos. Espero que no sea quien creo que es...
-Mis vibraciones demoníacas me advierten de que hay un ángel cerca... –se oye una voz grave desde atrás.
-¿Quién anda ahí? –grito sin pensarlo dos veces.
-¿Eres Shiro, la salvadora de la Tierra, la que mandaron para matarme? –La voz se ha movido de su sitio. Miro en la dirección de donde proviene la voz.
-Tú debes de ser Kuro. ¡Da la cara! –Exclamo.
Se aproxima desde las sombras una silueta de un chico alto y esbelto. A medida que se acerca a mí puedo distinguir su pelo negro como el carbón y sus ojos oscuros. Su tez morena y sus colmillos afilados como cuchillos. Porta una espada de color rojo sangre. Es un demonio en toda regla salvo por su belleza.
-No pareces un demonio... Eres demasiado hermoso para serlo –digo con tono irónico.
-Lo mismo te digo para ser un ángel –se va acercando a mí-. Creía que erais rubios, altos, ojos claros... Y tú eres castaña, ojos no muy claros y no muy alta. Al menos, no tanto como esperaba –se para frente a mí-. Pero en lo que estoy de acuerdo es la belleza –me sonríe enseñando sus colmillos-. Un placer conocerte, Shiro –lanza una daga. Me roza el brazo. Me acaba de cortar con ella-. No debes bajar la guardia.
Mierda. No me ha dado tiempo de pensarlo. Intento coger mi arco pero se coloca detrás de mí velozmente y me da una patada. Caigo al suelo y ruedo por el asfalto. Me reincorporo como puedo y me lanza otra daga. Esta puedo esquivarla. Se me acerca de nuevo y me da un puñetazo. Caigo al suelo otra vez. Es fuerte, es rápido... es mejor que yo. No puedo levantarme. Me duele el brazo. ¿Es el fin? No puede acabar conmigo aquí. Debo intentar atacarle. Lo veo acercarse a mí. Sigo haciendo toda la fuerza que puedo sin ningún resultado. Apunta hacia mí con la daga. Cierro los ojos.
-Prepárate, Shir... –se oye un golpe y una especie de... ¿derrape? Abro los ojos y lo veo tirado en el suelo.
-¿Te has caído? –le pregunto entre risas.
Se levanta rápidamente como si no hubiera pasado nada, cosa que me da mucha más risa. Ha sido una situación bastante cómica.
-Esto no acaba aquí. Volveremos a vernos.
Huye. Es patoso, pero muy fuerte. Y rápido. Debo entrenarme con el arco y hacerme más fuerte. Vuelvo a mi casa. Me curo el brazo, aunque gracias a mi habilidad de regeneración estoy casi curada. Después de una ducha con agua muy caliente, me echo en la cama a dormir. Mañana debo entrenar mucho para vencer a Kuro. Sigo pensando que es demasiado bello para ser un demonio. Pensando, pensando, me dormí. No duermo mucho, pero puedo descansar.

3 comentarios:

  1. Meeeeeeeeeeeencantaaaaaaaaaa :D es tan emocionante quiero leer mas *.* Me he enamorado de Kuro <3

    ResponderEliminar
  2. Kuro parece ser carismático xDD jajajaja ¿en quien te inspirastes?

    ResponderEliminar
  3. jajaja simplemente hice que pareciera muy fuerte, muy seguro de si mismo pero en el fondo es un torpecillo jaaja

    ResponderEliminar